23 de abril de 2013

Leer y escribir con todos los sentidos

Leer y escribir son actividades que involucran toda nuestra atención. Fijar la mirada en un texto, reconocer en el aspectos que nos gustan, transportarnos a otros lugares con nuestra imaginación, requiere la combinación de todos nuestros sentidos. Plasmar esas ideas en el papel en forma de historias que luego llevarán a otros por ese viaje que hemos iniciado, también requiere el trabajo en equipo de:  gusto, olfato, oído, vista y tacto.


Paula Acosta

De esa interacción es posible que realicemos diferentes lecturas o interpretaciones de la realidad, lo que en el terreno de los cuentos se vuelve materia prima de la ficción. Para hablar de estas alternativas, nos reunimos con los Caminantes Creativos en la biblioteca del Colegio Libertador Simón Bolívar.


Betsy Ochoa

En el Megacolegio, que es el otro nombre con el que se conoce el plantel, estuvimos realizando varios ejercicios para comprobar que aplicamos todo nuestros sentidos cuando nos decidimos a crear.


Betsy Ochoa, Vivian Navarro y Paula Acosta, listas para escribir.


Leímos Una taza, uno de los cuentos incluidos en el libro Colombia Cuenta del 2011. También tomamos chocolate como su protagonista y nos sumergimos en toda clase de historias que los chicos crearon siguiendo el modelo de este texto. 

Veamos algunas de ellas : 

El presentimiento de mi cuerpo
Cuando acerqué la taza a mis labios tuve un presentimiento : que mi papá, mi mamá y yo, nos íbamos en un cohete. Con ese presentimiento sentí un vacío muy profundo en mi pecho.

Tan solo con el olor del chocolate
Si se pudiera, apenas con el olor del chocolate, con todos mis sentidos del olor obtener un solo sabor. Deseaba que pasara eso antes de tomármelo. Cuando me lo tomé sentí el sabor y después podía sentir los demás sabores. Unos amargos que no me gustaban y otros que si, mientras caminaba.

Sería divertido que... 
Por Paula Acosta
Sería divertido que cuando mis labios probaran el café, mi cuerpo perdiera su equilibrio y se dividiera simultáneamente en microscópicas piezas, cada una con una diferencia de minutos. Primero mi pelo, disminuyéndose en centímetros; al igual que mi boca, nariz, ojos y orejas. Luego sigue mi cuello, mi pecho y termina en el torso. El café se acabó y quedo incompleta. 

La taza del deseo
Por Lizbeth Herazo
Sería divertido que cuando me tome la taza de chocolate pueda ir volando hasta mi casa. Y luego cuando estaba saliendo del colegio, mi amigo Andrés estaba en la puerta del colegio esperándome y al verme volar se asustó. La fuerte brisa me llevó a otro lugar.

Sería divertido que...
Por Laura Baselga
Al tomarme la taza de chocolate me convierta en una estatua y me paralice completamente, pero cuando me la iba a tomar, mi abuela cogió la taza y se la tomó.

Sería divertido que...
Por Betsy Ochoa
Cuando mis labios tocaran la taza de chocolate pudiera conocer a Taylor Lautner y a los jugadores del Barca; que el mundo se fuese acabar o que me dieran una mala noticia en la casa. Cuando llegué después de  que me la tomé, no pasó nada, solo sentí un mareo.

El delicioso sabor del chocolate
Por Yiribel Pérez
Sería divertido que al tomarme la taza de chocolate yo pudiera volar y tener bastante sabiduría, para que al probar el chocolate quedara impactada con el delicioso sabor y el suave aroma del chocolate. Saborearlo con todo el gusto y que mi paladar se excitara por el sabor. Tomármelo tranquila y que no me apuren. Pero cuando lo pruebo pasa lo contrario: me apuran, me quedo petrificada con la taza de chocolate.

Sería divertido que...
Por Wendy Matallana
Sería divertido que cuando la punta de mis labios rozaran la copa llena de una deliciosa mateada de fresa, mi cuerpo se trasladara a un mundo perfecto; donde mis padres no regañaran y mis hermanos no me molestaran. Cuando mis labios rozaron la copa yo quedé totalmente sola, imaginando que mi vida sería perfecta. Yo viviría sola y sería feliz. No viviría con mis padres, ni en esta ciudad. Nunca recuerdo haber podido trasladarme a otra ciudad. Me di cuenta que nunca quise estar aquí.

Una terrible decisión
Por César Garizabal
Me había advertido que no tomara el vino de aquella copa, pero mi orgullo me incitó a hacerlo. Cuando acerque la copa a mis labios, sentí un poco de frío; pero cuando la primera gota rozó mis labios me sentí pequeño y como si estuviera volando. Sólo supe lo que me había pasado cuando me vi en un charco de agua por el que pasé.

El chocolate con sabor a deseos
Por  Jaime Mejía
Sería divertido que cuando mi gusto sienta el primer sabor del chocolate, mi familia y yo nos fueramos de este lugar. Después de pensar en el sabor de este chocolate, decidí probarlo y me fui hacia la puerta de la cocina. Mis pies sin puentes y deformados, andaban y andaban. Salí a la calle, espabilé por un segundo y al abrir mis ojos estaba en un espacio oscuro con unas personas que no reconocía.

El té
Por Howard Cortés
Sería divertido que cuando me tomara el té, me pudiera transportar a cualquier lugar del mundo para poder estar solo, sin que nadie me moleste. De pronto empecé a recordar mis tardes, mientras compartía buenos momentos con mis amigos. Decidí probarlo y me dio un malestar, mis deseos se convertían en pesadillas. Con rabia tiré la taza de té al piso y este cambiaba por doquier.


También aprovechamos la sesión para escribir bajo la influencia de la música  a partir de la banda sonora de algunas películas (ver : Una tarde de película), nos aventuramos a interpretar imágenes como otra forma de leer ( ver: Una sucesión de imágenes)  y compartimos los resultados con el resto del grupo.

Vivian Navarro mientras compartía su texto.


Laura Baselga mientras nos leía su texto.


Al final del encuentro entregamos algunos de los libros que nos envío Mayra Alejandra Díaz, poeta y amiga del taller, para que  los chicos sigan pegados a la lectura.


Betsy mientras decidía que libro leer.
















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